Cirugía de Glaucoma
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma se desarrolla cuando el nervio óptico, encargado de llevar los mensajes de la retina al cerebro, se daña por aumento de la presión ocular. A medida que este nervio se deteriora progresivamente, aparecen puntos ciegos en la visión. Al ser una enfermedad silenciosa (no presenta síntomas) su diagnóstico es clave para tratarla en sus etapas iniciales. Si se deja sin tratar, o no se trata adecuadamente, el glaucoma puede resultar en ceguera. El tratamiento más común son gotas para los ojos recetadas por el oftalmólogo. Estas gotas no curan la enfermedad, pero ayudan a reducir la presión intraocular evitando que empeore.
Cirugía de Glaucoma
¿Qué es una cirugía de glaucoma?
Una cirugía de glaucoma se realiza dependiendo de la complejidad en la enfermedad; este procedimiento puede ayudar a bajar la presión como alternativa cuando el paciente presenta intolerancia al tratamiento, cuando los medicamentos no bastan, o para minimizar el dolor cuando el daño ya es irreversible.
¿Qué hacemos en IMEVI?
Existen diferentes técnicas quirúrgicas dependiendo del tipo de glaucoma que tengas, así como la presencia de otras patologías o cirugías previas. Son procedimientos ambulatorios, realizados con anestesia local y sedación. Una vez se termine, podrás irte a tu casa con normalidad.
¿Qué debes tener en cuenta para una cirugía de glaucoma?
Después del procedimiento es posible llevar a cabo la mayoría de las actividades diarias, sin embargo recomendamos evitar levantar objetos pesados, agacharse, conducir o leer durante los primeros días.
Te recomendamos que durante al menos una semana después de la cirugía, evites que tu ojo operado entre en contacto con agua.
Inicialmente el paciente puede sentir cambios en la calidad de la visión, irritación ocular o ciertas molestias.
Aunque la cirugía es muy eficaz, algunos riesgos se relacionan con visión doble, infección en los ojos o hinchazón de la córnea.